Matías Muñoz: vaya laberinto en el que nos metimos

Matías Muñoz: vaya laberinto en el que nos metimos
Matías Muñoz, relacionador público y vicepresidente de la AFUSAM Linares.

El Partido Republicano no quiere una nueva Constitución. Lo dijeron sus parlamentarios y los propios candidatos. Pero además de eso, votaron en contra de este proceso, en contra de las 40 horas, en contra de la reforma tributaria. Además, a ellos no les gusta el discurso del medio ambiente, de la paridad de género, de las minorías sexuales, derechos reproductivos, de un estado de bienestar, del fortalecimiento de la salud pública ni educación gratuita; los republicanos no quieren cambios. A ellos les gusta el estado subsidiario. Lo dijo su candidato más votado a nivel nacional Luis Silva, en el programa 100 Indecisos de MEGA el jueves 27 de abril, en el contexto de la crisis de las ISAPRES, aseverando que defiende el principio de subsidiariedad y que es el Estado el que tiene que salir a salvar a los privados cuando estos fallan en el cumplimiento de sus funciones.


Por Matías Muñoz (relacionador público y vicepresidente de la Asociación de Funcionarios de la Salud Municipal de Linares)

                                            Sin duda alguna, las elecciones de este domingo 07 de mayo quedarán para el recuerdo. Porque, además de ser elecciones donde los ciudadanos votamos sin interés y prácticamente sin conocer a los candidatos, los partidos políticos, en muchos casos, designaron candidatos con poco o nada de bagaje electoral y además varios de ellos eran políticos jubilados. Esto se puede explicar porque el “Acuerdo por Chile”, dice que los Constituyentes no podrán optar a cargos de elección popular en la siguiente elección.

Pero, lo más llamativo de estas elecciones, sin duda, fueron los resultados electorales. Los partidos que forman la coalición de Gobierno no alcanzaron a sacar un mínimo de 21 representantes para al menos tener el poder de veto. La ex Concertación quedó disminuida a su máxima expresión con cero cupos y por lo tanto su visión política es intrascendente para el proceso. El Partido de la Gente una vez más no dio el ancho; al parecer, de credibilidad, nada tienen y ese coqueteo con el alcalde Carter y la propuesta de primarias con la diputada Jiles, dejó claro que son un partido sin convicciones y que se mueve según la dirección que soplen los vientos.

Llama poderosamente la atención el hecho de que a pesar de que los partidos de oposición, RN, UDI y Evópoli, se sienten ganadores de este proceso, ellos también son víctimas del arrollador triunfo del Partido Republicano, pues los votos obtenidos por la extrema derecha salen de esos partidos, de ese votante cansado de una derecha sin convicciones y que, según ellos (republicanos), se dejaron llevar por la “ola refundacional” pactando con los partidos de izquierda.

Armado el mapa del Consejo Constitucional, saquemos algunas conclusiones:

Los Republicanos ganan la elección y tienen la llave para escribir una Constitución a su antojo. Ahora escribirán la Carta Magna, sin embargo, no nos podemos olvidar que ellos no firmaron el acuerdo por Chile que dio paso a este segundo camino constitucional. Lo votaron en contra en el Congreso, y en campaña, e inclusive electos, dijeron que ellos NO quieren una nueva Constitución. Su camino era reformarla en el parlamento.

Independiente que la centro derecha se sienta ganadora, no podemos olvidar que fueron tratados como traidores por el Partido Republicano, pues estaban pactando con el Partido Comunista. Por lo tanto, ¿será fácil para esa centro derecha, pactar con la derecha extrema que no quiere Constitución? El otro camino es seguir en los acuerdos, seguir conversando y consensuando con los partidos de Gobierno, entre los cuales está el Partido Socialista, el Frente Amplio y el Partido Comunista. ¿Realmente vemos a estas fuerzas políticas sentándose a la mesa a conversar y poniéndose de acuerdo? Lo cierto es que la centro derecha deberá tomar una decisión en este proceso y tiene dos caminos: el de endurecer la postura y dejarse llevar por las aguas del hegemónico Partido Republicano
o seguir buscando el camino del diálogo, que tan paupérrimo resultado electoral les dio.

El Partido de la Gente fue la gran decepción de estas elecciones, a pesar de que en las últimas semanas su líder Franco Parisi, se paseó por cuanto evento político y medios de comunicación, sacándose fotos con Pamela Jiles, invitándola a hacer primarias presidenciales; acercándose también al alcalde Carter e invitándolo a ser parte de esta coalición. Sin embargo habría que apuntar que éste es un partido sin convicciones, falto de mística, que todo deben consultarlo con la gente, que se mueven en la dirección que soplan los vientos, con discursos repetidos que hablan de “incomodar a las elites” y que “deben sacar a los políticos de siempre”. Pero esos mensajes ya están desgastados, no llegan a la racionalidad de los votantes. Finalmente al PDG no le alcanzó para poner la música en este baile.

Hay que observar lo que pase en los próximos días con el Comité de Expertos, pues éste tiene una composición que no obedece a la voluntad popular de la última elección y partidos como el PPD, la DC, el Partido Liberal y PDG tienen uno o varios representantes. ¡Y vaya contradicción! el Partido Republicano sólo tiene un representante; sí sólo uno. Entonces, ahora lo que queda es observar lo que ocurra con las convicciones e ideologías de estos expertos, ya que la propuesta debe entregarse los primeros días de junio. Por lo tanto, a pesar de que en un principio habían llegado a amplios consensos, las últimas semanas se supo que los partidos oficialistas habían presentado más de 900 enmiendas en temas ejes para el texto, como la salud, sistema electoral, paridad de género, medio ambiente, esto después que ya habían sido aprobados por el pleno. Sin duda, si la comisión de expertos no hace un trabajo que convoque las distintas posturas, el fantasma del rechazo a este proceso va a estar presente.


El Partido Republicano no quiere una nueva Constitución. Lo dijeron sus parlamentarios y los propios candidatos. Pero además de eso, votaron en contra de este proceso, en contra de las 40 horas, en contra de la reforma tributaria. Además, a ellos no les gusta el discurso del medio ambiente, de la paridad de género, de las minorías sexuales, derechos reproductivos, de un estado de bienestar, del fortalecimiento de la salud pública ni educación gratuita; los republicanos no quieren cambios. A ellos les gusta el estado subsidiario. Lo dijo su candidato más votado a nivel nacional Luis Silva, en el programa 100 Indecisos de MEGA el jueves 27 de abril, en el contexto de la crisis de las ISAPRES, aseverando que defiende el principio de subsidiariedad y que es el Estado el que tiene que salir a salvar a los privados cuando estos fallan en el cumplimiento de sus funciones.

El proceso constitucional partió el día 15 de noviembre de 2019 y posiblemente se definirá el 17 de diciembre de 2023 con el plebiscito de salida. Sin embargo los grandes temas que llevaron a comenzar este camino, mejores oportunidades, eliminar los privilegios de los más ricos, AFP, la salud, educación, igualdad ante la ley, entre otros, que estaban consagrados en la Constitución del 80, seguramente también estarán consagrados en la nueva propuesta de Carta Magna, porque será escrita por el sector heredero de Pinochet y Jaime Gúzman, y porque la izquierda no tiene la fuerza política ni electoral suficiente para frenar este tren de carga.

¡Vaya laberinto para la izquierda y los que queremos cambios reales!, en diciembre tendremos que elegir entre quedarnos con la Constitución de Pinochet o elegir la propuesta constitucional de Kast y sus amigos, aunque, como ya la historia nos ha demostrado, en este país, cualquier cosa puede pasar.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).