Concejal Carlos Castro Romero publicará trabajo historiográfico auto gestionado sobre la cárcel política femenina del “Buen Pastor” de Linares

Concejal Carlos Castro Romero publicará trabajo historiográfico auto gestionado sobre la cárcel política femenina del “Buen Pastor” de Linares
Carlos Castro Romero, concejal de Linares.

“Las religiosas del ‘Buen Pastor’, las gendarmes que ahí trabajaron y los muros de esa cárcel fueron testigos de esas historias de persecución política, donde, aproximadamente, estuvieron detenidas ochenta mujeres en los dos primeros años de dictadura. Mujeres que eran trasladadas reiteradamente a la Escuela de Artillería en cuyas dependencias se efectuaron apremios ilegítimos por parte de los Agentes del Estado como interrogatorios, amenazas, abusos sexuales, tortura y desapariciones”, detalló el profesor y militante RD


Por Carlos Castro Romero (profesor y concejal por la Municipalidad de Linares)

                                                                Ha quedado como una página invisibilizada de nuestra historia local, pero ha sido y es una estructura icónica de la ciudad. Esto es el convento del “Buen Pastor”, el cual ha estado presente entre los linarenses desde 1910.

Efectivamente, con las donaciones del matrimonio Novoa, específicamente Milagros Novoa y Benjamín Novoa, las religiosas del “Buen Pastor” llegaron a Linares y se establecieron en la calle Manuel Rodríguez al lado norte de Nacimiento (actual avenida Presidente Ibáñez). Estas religiosas, respondiendo a su carisma y orientación pastoral, tuvieron un hogar de menores, una escuela primaria de niñas y una cárcel de mujeres.

Uno de los episodios más dramáticos que se produjo en ese lugar fue a raíz de la dictadura cívico-militar iniciada en 1973, pues inmediatamente después del Golpe de Estado, se desplegó una feroz persecución hacia las fuerzas políticas partidarias del Gobierno democrático derrocado, de tal manera que, entre los años 1973 y 1974, se llevaron a cabo numerosas detenciones bajo la lógica de una guerra interna que había decretado el mismo Gobierno de facto en contra de la ciudadanía.

En este escenario, el aumento de la cantidad de mujeres encarceladas no solo fue una realidad, sino también una tragedia que involucró a muchas historias de vida de la provincia de Linares. Las religiosas del “Buen Pastor”, las gendarmes que ahí trabajaron y los muros de esa cárcel fueron testigos de esas historias de persecución política, donde, aproximadamente, estuvieron detenidas ochenta mujeres en esos dos primeros años de dictadura. Mujeres que eran trasladadas reiteradamente a la Escuela de Artillería en cuyas dependencias se efectuaron apremios ilegítimos por parte de Los Agentes del Estado como interrogatorios, amenazas, abusos sexuales, tortura y   desapariciones.

Memoria con voz de mujer es un trabajo historiográfico auto gestionado que estará pronto a disposición de la comunidad linarense, el cual, luego de haber recogido antecedentes de archivo y de haber obtenido el relato de siete mujeres que sufrieron la prisión política, da cuenta de esas historias de ciudadanas que han estado en un segundo plano respecto a los estudios de memoria local.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).