Carlos Castro Romero: ¿Dónde está la plata?

Carlos Castro Romero: ¿Dónde está la plata?
En Linares hay dos liceos que siguen movilizados por las deudas previsionales: Politécnico y Valentín Letelier.

El equipo de Administración Municipal, encabezado por su alcalde, sostiene de manera tajante, que están recibiendo menos dinero de lo que esperaban, ya sea a causa de la baja asistencia de estudiantes, de los fondos retenidos a causa del atraso en las cotizaciones, de las muchas licencias médicas que no recuperan y de los costos que ha implicado la carrera docente. Desde la oposición señalamos que, si bien puede haber algo de lo antes señalado, la gestión municipal por años ha estado trabajando en una lógica de irresponsabilidad financiera constante, dado que se le ha cargado al DAEM una serie de gastos que han tenido una finalidad, por lo menos cuestionable, debido a que no guardan relación con los requerimientos de las comunidades educativas.


Por Carlos Castro Romero ( profesor, concejal y presidente de la comisión educación del Concejo Municipal)

       La Administración de la Educación Municipal de Linares vuelve a estar en el ojo de huracán, tensionando, y en buena hora, las estructuras que la soportan. 

El paro de funcionarios que reclama el pago de sus cotizaciones, nos ha llevado a desempolvar los números, para tratar de entender por qué éstos no están dando.

Las alternativas de solución para salvar la situación puntual de las cotizaciones han ido por dos vías, las dos vienen a ser soluciones de emergencia que no son lo deseable.

Por una parte, se ha suplementado y transferido recursos desde los fondos municipales al DAEM, para atender la crisis, alternativa que, evidentemente dejará con menor margen de acción al presupuesto municipal y algunos de los ítems de inversión quedarán con menor cobertura. 

Por otro lado, se ha ido a buscar recursos al Ministerio de Educación, desde donde, entendiendo la dificultad del problema, se ofreció  la posibilidad de adelantar parte de los dineros del Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP), los cuales pueden ser destinados íntegramente por el sostenedor para el pago de salarios y de esa manera regularizar la vergonzosa deuda de cotizaciones, según los plazos acordado entre las partes.  Con estos recursos el sostenedor municipal podrá quedar al día con las obligaciones laborales hacia sus trabajadores y otorgar tranquilidad en el desarrollo de sus funciones.

Sin embargo, la pregunta que surgió en las movilizaciones y que se hizo eco entre los manifestantes ¿dónde está la plata? seguirá rondando en el ambiente.

El equipo de Administración Municipal, encabezado por su alcalde, sostiene de manera tajante, que están recibiendo menos dinero de lo que esperaban, ya sea a causa de la baja asistencia de estudiantes, de los fondos retenidos a causa del atraso en las cotizaciones, de las muchas licencias médicas que no recuperan y de los costos que ha implicado la carrera docente. 

Desde la oposición señalamos que, si bien puede haber algo de lo antes señalado, la gestión municipal por años ha estado trabajando en una lógica de irresponsabilidad financiera constante, dado que se le ha cargado al DAEM una serie de gastos que han tenido una finalidad, por lo menos cuestionable, debido a que  no guardan relación con los requerimientos de las comunidades educativas.

Con esta posición nos hemos atrevido a decir que la gestión municipal ha sido negligente al tomar  decisiones imprudentes, como las que a continuación se señalan:

El sostenedor ha sido irresponsable al realizar contrataciones con fondos de educación de un número no menor de funcionarios que están desarrollando labores en otros departamentos  municipales distintos al de educación, de suerte que no nos debe extrañar que, con un contrato pagado por DAEM, encontremos funcionarios trabajando en DIDECO, DOM, Gabinete, Difusión y Deportes, entre otros. 

Así también, se registra una importante carga en hora extras permanentes, muchas de ellas asociadas a algunas personas con altas remuneraciones que, mediante esta vía, complementan sus ingresos como sueldo de forma regular y, obviamente del círculo de mayor confianza de la administración. De todas maneras, es importante reconocer que entre el año 2022 a la fecha el monto de las horas extras ha disminuido, pasando de cerca de once millones mensuales a ocho millones y medio mensuales, pero en estas modificaciones que debemos reconocer, no se mueven algunas asignaciones de horas extras que se pueden subentender hasta como derecho adquirido por parte de quienes las reciben.

En el área de extraescolar y de deporte también se han presentado algunos vicios, como el contrato de monitores deportivos, de los cuales no hay evidencias de su trabajo e impacto en las escuelas, como ha sido el caso de, por lo menos, cuatro personas ligadas a Deportes Linares que, en los meses de octubre y diciembre de 2020, supuestamente cumplieron funciones como monitores de extraescolar o “talleres deportivos”.

Así también, sin tener un plan claro respecto a deportistas de alto rendimiento, se ha financiado estadías de personal municipal en Brasil, con el propósito de visitar y conocer instalaciones de alto rendimiento en ese país, en un supuesto convenio con uno de los Estados de Brasil, convenio que no hemos visto pasar por el Concejo.

Algo similar se ha producido en el caso de nuestros grandes embajadores de vóley playa, quienes en una “charla educativa escuela de verano Los Canelos” recibieron un aporte desde DAEM de seis millones de pesos. Todos entendemos que los primos Grimalt desempeñan una gran labor de embajadores de Linares por el mundo y hay que apoyarles en su despliegue, pero que eso haya ido como cargo de educación en vez del presupuesto municipal, no hace más que empañar una buena idea.

No podemos dejar de mencionar los aportes que salieron para pagar medios de difusión local, donde varios proveedores de estos servicios y en plena época de pandemia, en la lógica del confinamiento del año 2020, aparecen recibiendo pagos de servicios por “difusión radial de actividades educativas “ o “servicios de período de matrícula”, este último pagado en el mes de junio. Datos similares se registraron hasta comienzos de 2022, donde encontramos registrados servicios de difusión que nunca pasaron por conocimiento del Concejo, con gastos entre cinco y seis millones mensuales para distintos proveedores locales de este rubro. Estos servicios son importantes para dar a conocer las actividades de los colegios municipalizados, pero aparentemente sirvieron para cubrir actividades municipales, más no las de las comunidades escolares, que es lo que debería ser. Los proveedores no han hecho la labor de ir a los colegios, a menos que haya habido una cinta que cortar y sólo cuando ha contado con la presencia del alcalde.

Cada una de estas acciones puede que no representen una gran carga para el presupuesto de educación, pero es una ventana abierta para generar la sensación de que los recursos DAEM pueden ser utilizados a discreción del administrador de turno, cuando la máxima debiera ser otra: cada peso destinado a educación debe ir a impactar la labor de los establecimientos escolares.

Parte de estos antecedentes han sido puestos a disposición de Contraloría Regional, pero ahí están, durmiendo. Ya vamos a tener un año desde que se presentó el requerimiento y aún no hay respuesta.

Así también, se le presentó al alcalde en septiembre de 2022, un informe firmado por un grupo de concejales, donde derechamente se le solicitaba realizar una Auditoría Forense al Departamento de Educación, pero tampoco hubo respuesta.

En tanto resolvemos la emergencia, seguimos buscando responder ¿dónde está la plata?  Sin embargo, estas energías las deberíamos tener destinadas a preocuparnos de lo que realmente importa en educación, tal es, ¿cómo hacemos para fortalecer la Educación Pública y desde ella generar mayores oportunidades para los y las estudiantes del sistema?

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).