Matías Muñoz: “menos populismo y más acción”
Hoy vemos una institucionalidad debilitada, donde fiscales pedirán prisión preventiva para extranjeros indocumentados, cuando sabemos que las cárceles están colapsadas hace años y mantener a un reo actualmente supera los 900 mil pesos mensuales. La ONU declaró hace algunos días que el puerto de San Antonio es el epicentro del contrabando de cocaína en el cono sur de América y cabe de perogrullo que es por donde también los narcos pueden ingresar las armas que están repletando los barrios más vulnerables de nuestro país. Los parlamentarios cerraron la puerta a legislar sobre una reforma tributaria que podía mejorar las condiciones de Carabineros. El sistema judicial es incapaz de resolver los miles de casos pendientes y buscan salidas abreviadas. Todo esto aumentando la desconfianza de la ciudadanía en quienes deben dirigir, sancionar y tomar las decisiones.
Por Matías Muñoz (relacionador público y vicepresidente de la Asociación de Funcionarios de la Salud Municipal de Linares)
La realidad es que la Ley Nain-Retamal no soluciona el problema de fondo; incluso si se hubiera promulgado antes de la muerte del cabo Palma, nada hubiese cambiado. Porque más allá de que proteja a las policías y aumente las penas para quienes ataquen a los funcionarios de Carabineros, hoy tenemos una policía incapaz de enfrentar los niveles de delincuencia. La semana pasada nos enteramos que un carabinero que hace patrullaje, entrena el uso de su arma de fuego apenas una vez al año, lógicamente lo deja en desventaja frente a delincuentes mejor equipados y que disparan frecuentemente.
En las últimas semanas, la delincuencia y la seguridad pública han sido temas recurrentes en los medios de comunicación y la agenda política. Hemos visto como la ciudadanía ha salido a apoyar y respaldar a Carabineros ante la ola de atentados y agresiones con resultado de muerte de los funcionarios policiales. El gobierno se ha visto superado por esta inquietud mediática y política e inclusive, aunque trascendió que podía darle tiempo al Frente Amplio y el Partido Comunista para llevar la aprobada Ley Nain-Retamal al Tribunal Constitucional, no le quedó otra opción más que promulgar la ley al día siguiente de la muerte del Cabo Daniel Palma.
La realidad es que la Ley Nain-Retamal no soluciona el problema de fondo; incluso si se hubiera promulgado antes de la muerte del cabo Palma, nada hubiese cambiado. Porque más allá de que proteja a las policías y aumente las penas para quienes ataquen a los funcionarios de Carabineros, hoy tenemos una policía incapaz de enfrentar los niveles de delincuencia. La semana pasada nos enteramos que un carabinero que hace patrullaje, entrena el uso de su arma de fuego apenas una vez al año, lógicamente lo deja en desventaja frente a delincuentes mejor equipados y que disparan frecuentemente.
Los parlamentarios y alcaldes de oposición aprovecharon la ineficacia del gobierno en esta materia, para sacar réditos políticos y mediáticos, culpando al gobierno y a los inmigrantes venezolanos como los principales responsables.
Pero no podemos olvidar que la derecha también tiene velas en este entierro. Recordemos que fue el propio Presidente Piñera quien invitó a venir a los venezolanos a Chile o la Ministra Cecilia Pérez la que dijo “Vamos a recibir migrantes venezolanos hasta que el país lo resista”. En el 2018, durante el gobierno anterior, los Ministros del Interior y Defensa presentaron pomposamente el plan “Frontera Segura” que buscaba combatir el narcotráfico, el contrabando, sicariato y la trata de personas, plan que fue un rotundo fracaso. Incluso el propio alcalde de Iquique denunció en repetidas ocasiones el “descontrol total donde el país no ha sido capaz de controlar la inmigración irregular”.
La situación de criminalidad y violencia es evidente en la Región Metropolitana y otras zonas críticas del país. Sin embargo, hay alcaldes como Rodolfo Carter de la comuna de La Florida quien ha buscado asumir el rol de héroe y luchar contra supuestos narcotraficantes. Supuestos porque además de farandulizar este problema país, apareciendo en matinales y medios de comunicación, aún no hemos visto que esta estrategia haya disminuido los índices de criminalidad en la comuna, provocado la detención de los jefes narcos o conllevado a la incautación de droga para desbaratar bandas delictuales. Pero si de rédito político y popularidad se trata, Carter sería el mayor beneficiado. Además otros alcaldes de su sector han coqueteado con la medida, buscando también sumarse a la ola de la popularidad.
Pero ¿qué responsabilidad tienen nuestras instituciones?
Hoy vemos una institucionalidad debilitada, donde fiscales pedirán prisión preventiva para extranjeros indocumentados, cuando sabemos que las cárceles están colapsadas hace años y mantener a un reo actualmente supera los 900 mil pesos mensuales. La ONU declaró hace algunos días que el puerto de San Antonio es el epicentro del contrabando de cocaína en el cono sur de América y cabe de perogrullo que es por donde también los narcos pueden ingresar las armas que están repletando los barrios más vulnerables de nuestro país. Los parlamentarios cerraron la puerta a legislar sobre una reforma tributaria que podía mejorar las condiciones de Carabineros. El sistema judicial es incapaz de resolver los miles de casos pendientes y buscan salidas abreviadas. Todo esto aumentando la desconfianza de la ciudadanía en quienes deben dirigir, sancionar y tomar las decisiones.
Ante este escenario, las medidas populistas no hacen más que entregar falsa esperanza a los ciudadanos y aumentar así mismo, la sensación de inseguridad de las personas. Sin duda se necesitan voluntades y determinaciones colectivas tanto a nivel parlamentario como gubernamental para hacer frente a la situación de delincuencia que hoy más que nunca golpea fuerte al país. Como ciudadanos debemos exigir a nuestros representantes locales, regionales y nacionales menos populismo y más acción.
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).