Consuelo Veloso Ávila: “Ahorrar hasta que duela: el precio de la vida de una mujer”
"Pensemos -por ejemplo- el caso de la alcaldesa de Parral, doña Paula Retamal Urrutia (UDI), quien hace poco -y sin consultarle a nadie- dio por terminado el convenio de su municipio con el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SERNAMEG) sustituyendo dicho Centro por un próximo dispositivo multidisciplinario de administración municipal, alejándose completamente de políticas públicas de carácter nacional y haciendo abandono de toda la red de violencia contra la mujer (Centros de la Mujer, Servicio SATT, dispositivos de socorro, Casas de Acogida, Centros de Reparación Integral para casos de extrema gravedad, Centros de la Mujer Sorda, Programas de Prevención, etc.)", dijo la postulante al Parlamento.
Por Consuelo Veloso Ávila (candidata a diputada RD por el Maule sur y estudiante de Derecho)
Es extremadamente preocupante conocer la postura de algunos candidatos presidenciables respecto de temas tan trascendentales como la violencia contra la mujer. Hace poco, María Pía Adriasola (abogada), esposa del candidato a la presidencia José Antonio Kast, defendió la medida planteada en el programa de Gobierno de su cónyuge, que elimina el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, para crear uno de la Familia, unido al actual de Desarrollo Social.
“El hecho que uno quiera fusionar ministerios, no quiere decir que se le esté restando importancia a los temas, sino que significa optimizar los recursos del Estado", comentó Adriasola.[1]
Pero ¿Qué es lo preocupante de esto?
Primero que todo, lo equivocado y vergonzoso que resulta sugerir que los conceptos de MUJER y FAMILIA sean sinónimos o -si quiera- que sean asimilables. ¿Dónde queda la realidad de aquella mujer que no está casada? ¿y la mujer que es abusada por un extraño? ¿Qué hace la niña que en la calle recibe “piropos” de degenerados? ¿Acaso un “Ministerio de la Familia o Desarrollo social” es un organismo competente para hacerse cargo de la violencia ocurrida en contextos ajenos a la familia?
Dichas medidas solo se entienden cuando entendemos que provienen de un candidato ultraconservador que cuando piensa en una “mujer” no piensa en un sujeto de derechos con individualidad propia, sino que piensa en un rol específico: el rol de madre. No puedo sino sentir escalofríos cuando pienso que aún existen personas -e incluso candidatos a presidente- que en pleno año 2021 aun crean que la violencia contra la mujer sea una temática solo de índole familiar o doméstica.
Ni siquiera el argumento de “optimizar los recursos del estado” (traducido en palabras simples: ahorrar plata) me puede generar otro sentimiento más que repugnancia.
Para entenderlo no necesitamos siquiera ir muy lejos, pensemos por ejemplo en el mundo del fútbol ¿Existe hoy en día un jugador que sea buen delantero, arquero, mediocampista, preparador físico y director técnico? ¿Un bombero que sea un excelente policía, audaz enfermero, calificado perito, experimentado químico y docto abogado? La respuesta es un rotundo NO. Entonces ¿cómo podemos pensar que un único Ministerio (encabezado por un único Ministro) se haga cargo -de manera responsable- de temáticas tan disímiles como la familia, la equidad de género, el desarrollo social y la infancia?
Es escandaloso y derechamente obsceno pretender ahorrar dinero a costa de las vidas, la estabilidad emocional e independencia económica de miles de mujeres, y es aún más escandaloso, constatar que manifestaciones de dichas ideas ya estén siendo llevado a cabo -en nuestras propias narices- por personas que algún día nos prometieron protección.
Pensemos -por ejemplo- el caso de la alcaldesa de Parral, doña Paula Retamal Urrutia (UDI), quien hace poco -y sin consultarle a nadie- dio por terminado el convenio de su municipio con el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SERNAMEG) sustituyendo dicho centro por un próximo dispositivo multidisciplinario de administración municipal, alejándose completamente de políticas públicas de carácter nacional y haciendo abandono de toda la red de violencia contra la mujer (Centros de la Mujer, Servicio SATT, dispositivos de socorro, Casas de Acogida, Centros de Reparación Integral para casos de extrema gravedad, Centros de la Mujer Sorda, Programas de Prevención, etc.)
Mas allá de lo problemático que resulta el hecho de que una comunidad entera abandone una red que lleva años construyéndose, los problemas de trazabilidad que ello implica para todas las mujeres de Parral son evidentes ¿Qué pasa si esa mujer -victima- se cambia de ciudad? ¿Cómo podrá tener acceso a su historial, fichas y peritajes si el municipio abandona la red nacional? Ello sin perjuicio de los problemas probatorios que en tribunales tendrá que afrontar esa mujer ¿Qué validez tiene un peritaje psicosocial de un organismo que se aparta de los lineamientos nacionales en materia de violencia de genero?
Las respuestas a esas interrogantes son realmente desesperanzadoras e incluso peor, aterradoras. ¿Es ese el Chile que queremos? ¿Cuánto vale la vida de una mujer? ¿Cuánto vale el miedo de la escolar que manosean en el bus? ¿Qué MAS estamos dispuestos a sacrificar en pos del “ahorro”? Tomemos conciencia y luchemos como mujeres por defender los derechos que tanto nos ha costado ganar, no podemos retroceder.
_(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).
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