Marisol Acuña: “Linares no es facho”
Entonces, en el aniversario del decreto que establece que este territorio se llamará “Linares”, saludo fraternamente a mi pueblo, que sigue resistiendo ante la adversidad, encontrando las soluciones a nuestros problemas dentro de la propia comunidad. Saludo a quienes han iniciado acciones solidarias, centros de acopio, ollas comunes, huertos caseros, redes de trueque y de educación. Saludo a quienes están dispuestos a establecer una estrategia de guerra contra el Corona Virus; contra el virus de los gobernantes abusivos y el virus de los psicópatas empresariales que dominan a la humanidad y pretenden seguir explotando nuestros territorios y a las personas que los habitan.
Por Marisol Acuña (profesora)
226 años cumplió nuestra ciudad. Su nacimiento se remonta al 23 de mayo de 1794, cuando reinaba en el mundo español Carlos IV, en la Capitanía General de Chile mandaba el irlandés Ambrosio O’Higgins y en la Gobernación de Concepción lo hacía el aristócrata, Francisco de la Matta Linares. 1500 hectáreas, expropiadas a Ángela Vásquez Tapia, dueña de la Estancia de Pilocoyán, fueron los terrenos contemplados para fundar la nueva Villa San Ambrosio de Linares.
Hasta ahí vamos bien y todos de acuerdo. Cada año esgrimimos el aniversario de Linares como una fecha de recuerdos y fotografías en blanco y negro. Y es bonito mirar ese Linares de antaño, con sus precarios adelantos, con su pujante comercio. Lo que siempre echo de menos es la investigación más profunda de nuestras raíces, transmitidas generación tras generación por nuestros ancestros… ¿o es que acaso todos creen que Linares se pobló solo de extranjeros?
Vestigios tenemos de sobra, algunos almacenados en museos y crónicas antiguas, de aquel bravío pueblo que habitó nuestra zona aun antes que nacieran los abuelos de Cristóbal Colon, Diego de Almagro y Pedro de Valdivia. Petroglifos, piedras tacita, puntas de flecha, utensilios de cocina y muchos otros testimonios que nos han ido dejando los abuelos y abuelas.
Este aguerrido pueblo, por las buenas y las malas se fue mezclando con los conquistadores y luego de varias revueltas y levantamientos, se fue adecuando a la nueva estructura social establecida por la iglesia y los reinados europeos imperantes (no había de otra).
Este pueblo pacífico, trabajador y consciente de la necesidad de sobrevivir colectivamente, se abrió paso, a pesar de las distintas encrucijadas que le plantó la historia; ha sobrevivido temporales, ocupaciones, atracos, terremotos y dictaduras; ha sobrevivido a la pobreza, la cesantía, las crisis agrícolas y ganaderas. Este porfiado pueblo se tomó terrenos, para luego ser trasladados a poblaciones, gracias a la firmeza de su resistencia y convicciones.
Acá no solo se realizó el primer acto de armas de la Independencia, también hubo actos de armas contra los incas y los españoles que intentaron arrebatarles su forma de vida. Los mestizos montoneros, aliados de los Pehuenches y “Los Pincheira”, asolaron las tierras recién independizadas con la sola idea de mantener su dignidad frente a los “señoritos de Santiago”.
Este pueblo libre, se resistió unido y tenazmente, a las centrales hidroeléctricas en el Río que los nutre de agua, recuerdos y raíces… las raíces de su más antigua historia, la de la humanidad y fue este pueblo de Linares, el que se volcó a las calles por miles, para exigir la dignidad y el fin de un sistema económico depredador y esclavista, que nos quita los derechos y la subsistencia.
Entonces, en el aniversario del decreto que establece que este territorio se llamará “Linares”, saludo fraternamente a mi pueblo, que sigue resistiendo ante la adversidad, encontrando las soluciones a nuestros problemas dentro de la propia comunidad.
Saludo a quienes han iniciado acciones solidarias, centros de acopio, ollas comunes, huertos caseros, redes de trueque y de educación. Saludo a quienes están dispuestos a establecer una estrategia de guerra contra el Corona Virus; contra el virus de los gobernantes abusivos y el virus de los psicópatas empresariales que dominan a la humanidad y pretenden seguir explotando nuestros territorios y a las personas que los habitan.
Es tiempo de volver a nuestros ancestros, de recordar que nos necesitamos; porque al igual que los imponentes bosques que se yerguen altivos en la pre cordillera, nuestras raíces están entrelazadas, dependemos unos de otros y nos necesitamos.
Algunos dicen, que Linares es tierra de fachos y de peones sumisos, para justificar la poca participación ciudadana; pero si ponemos atención y escarbamos un poquito en nuestra historia, sabremos que el conformismo no es parte de nuestro pasado y mucho menos de nuestro futuro; porque finalmente, y aunque a algunos no les convenga, ya sabemos lo que dijo un sabio hace muchos, pero muchos años: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).