Linares: la ciudad de los proyectos inconclusos

Linares: la ciudad de los proyectos inconclusos
Sebastián Ramírez Pascal.

“Lo que está ocurriendo en Linares no es casual. Es una expresión local del abandono estructural que viven las regiones fuera del eje Santiago-Valparaíso-Concepción. Somos tratados como zonas de sacrificio, buenos para extraer mano de obra, votos o recursos, pero olvidados cuando se trata de inversión pública, planificación y justicia territorial”, indicó Sebastián Ramírez Pascal, militante del Partido Comunista de Chile (PC)


Por Sebastián Ramírez Pascal (trabajador social y militante del Partido Comunista de Chile)

                           Mientras los candidatos a las próximas elecciones reparten promesas como si fueran dulces en temporada electoral, los vecinos de Linares seguimos esperando —con estoicismo y rabia— que se dignen a cumplir siquiera uno de los 10 proyectos que hace años duermen en escritorios ministeriales o en las pesadillas de una burocracia indiferente. No estamos pidiendo milagros. Estamos exigiendo lo mínimo: derecho a vivir dignamente.

La promesa incumplida más importante sigue siendo el hospital que no llega. A estas alturas ya parece una leyenda urbana. Lo anuncian con bombos y platillos cada cierto tiempo, pero los pacientes siguen muriendo esperando atención, las listas de espera crecen y los trabajadores de la salud operan en condiciones precarias. ¿Dónde están los responsables de este crimen institucional?

Luego está el centro de formación técnica que no forma. La educación técnico-profesional en la región es un chiste amargo. Nos dijeron que descentralizarían la formación, pero los jóvenes de Linares siguen migrando o abandonando sus estudios por falta de oportunidades reales. Nos relegan a mano de obra barata, nos alejan de nuestras familias y de la tierra que nos vio nacer, como si aguardaran pacientemente que los viejos mueran y los jóvenes olviden.

También esta la villa olímpica que jamás fue. ¿De qué sirve hablar de promoción del deporte si no hay infraestructura mínima? La prometida villa olímpica es otro símbolo de promesas incumplidas, mientras los jóvenes lidian con el sedentarismo, la drogadicción o el abandono.

Nos prometieron un Plan habitacional post-pandemia pero las familias que perdieron todo  siguen esperando soluciones habitacionales. Prometieron reactivación, subsidios, planes especiales. Nada. Los comités de vivienda acumulan años de espera, trámites eternos, y excusas de siempre: “falta de recursos”, “cuellos de botella”, “prioridades técnicas”, mientras la derecha se niega a aprobar una Reforma Tributaria que le dé al estado los recursos suficientes para cumplir.

Y la zona rural sigue esperando: alcantarillado rural, centro oncológico, parque urbano, obras viales, estadio… La lista se acumula como la basura en los rincones olvidados de nuestra ciudad. Linares no necesita más anuncios. Necesita hechos.

Lo que está ocurriendo en Linares no es casual. Es una expresión local del abandono estructural que viven las regiones fuera del eje Santiago-Valparaíso-Concepción. Somos tratados como zonas de sacrificio, buenos para extraer mano de obra, votos o recursos, pero olvidados cuando se trata de inversión pública, planificación y justicia territorial.

No faltan diagnósticos. Lo que falta es voluntad política real para invertir en Linares con la misma urgencia que se invierte en las comunas acomodadas de la capital. Ya basta de tratar la descentralización como eslogan vacío. La equidad territorial se construye con recursos para hospitales, escuelas, viviendas, conectividad y participación ciudadana vinculante. Si alguien la vuelve a prometer estas soluciones que en tiempos de campaña parecen a la mano y no se compromete con una Reforma Tributaria de verdad donde los ricos paguen más impuesto para tener más y mejor estado, sépalo desde ahora. Le están mintiendo de nuevo. Y el que vota por mentirosos luego no puede quejarse de sentirse engañado.

¿Dónde están nuestros parlamentarios? ¿Dónde está el alcalde? ¿Dónde están los funcionarios públicos que deben levantar estas prioridades? Donde están aquellos por lo que hemos votado una y otra vez.

Mientras se reparten culpas, los proyectos siguen en carpeta, y nuestra gente en la miseria. Linares no puede seguir esperando. No puede seguir relegado a un pie de página en los informes del gobierno central.

Ya es hora de transformar el descontento en movilización. Porque como decía Salvador Allende: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Y Linares, si no se organiza y se levanta, seguirá siendo el patio trasero de un país que presume de democracia mientras olvida a sus propias comunidades.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).