Lenin Fuentes Barros: “El privilegio de quedarse en casa”

Lenin Fuentes Barros: “El privilegio de quedarse en casa”
Lenin Fuentes Barros, trabajador social y magíster en políticas públicas y gestión local.

Cuando ya nos empinamos a la séptima semana de cuarentena en Linares y con cerca de 14 millones de chilen@s en la misma situación, vemos que poco o nada se hace desde el gobierno para que efectivamente se pueda cumplir el auto aislamiento necesario para detener el contagio.  Las ayudas sociales aprobadas siguen llenas de la vulgar “letra chica” a la que acostumbra Piñera y con esto deja fuera a un alto número de hogares, los que están obligados a arreglárselas por si solo. En esas condiciones no es posible que algún tipo de cuarentena sea exitosa, ya que en la práctica se obliga a la gente que vive de lo que produce en el día a seguir en sus actividades y generar el sustento necesario para su familia.


Por Lenin Fuentes Barros (Trabajador Social, Magíster en Políticas Públicas y Gestión Local. Coordinador Chile Digno, Verde y Soberano - Linares)

                         No es noticia a estas alturas la crisis por la que atravesamos como país ante la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia y el pésimo manejo que ha tenido el gobierno en este sentido, haciendo primar en todo momento los criterios económicos y no precisamente para asegurar el bienestar de tod@s, sino solo resguardar los ingresos de la elite económica del país (en la que se incluye al propio presidente de la república), la que durante el último año de pandemia obtuvo ganancias por sobre el 70% de sus capital según los informes económicos especializados y conocidos durante las últimas semanas.

Esa es la realidad, de la que ya el mundo da cuenta, tomando el caso chileno, como un ejemplo de lo que no se debe hacer. Así lo señala entre otros, el periódico británico The Telegraph en artículo publicado el 3 de abril, en el que se indica: “Los expertos en salud pública ven ahora la experiencia chilena como un ejemplo de lo que no se debe hacer por otros países que están aumentando las vacunas y esperan reabrir rápidamente sus economías…”.  Y continua en otro párrafo “El gobierno de Piñera relajó las restricciones, desafiando las advertencias de los médicos, ya que el lanzamiento de la vacuna en el país se adelantó al resto de América Latina”.

Las consecuencias están a la vista. Cifras de sobre 8 mil casos diarios y la incapacidad de trazar adecuadamente por falta de inversión en la salud primaria. Catastrófico, no hay otra forma de calificar el escenario actual y ante esta realidad, la única alternativa es el auto cuidado. Quienes tenemos el privilegio de quedarnos en casa lo debemos hacer. No hay opción, la vida está en riesgo y debemos actuar en consecuencia a ello.

Cuando ya nos empinamos a la séptima semana de cuarentena en Linares y con cerca de 14 millones de chilen@s en la misma situación, vemos que poco o nada se hace desde el gobierno para que efectivamente se pueda cumplir el auto aislamiento necesario para detener el contagio.  Las ayudas sociales aprobadas siguen llenas de la vulgar “letra chica” a la que acostumbra Piñera y con esto deja fuera a un alto número de hogares, los que están obligados a arreglárselas por si solo. En esas condiciones no es posible que algún tipo de cuarentena sea exitosa, ya que en la práctica se obliga a la gente que vive de lo que produce en el día a seguir en sus actividades y generar el sustento necesario para su familia.

Según cifras de la CEPAL, el índice de pobreza en Chile aumentó en un 10,9% durante el año 2020, es decir, casi 2 millones de personas cayeron en pobreza. El último informe del Banco Mundial señala que 2,3 millones de chilen@s han caído en situación de vulnerabilidad y sitúa la disminución de los ingresos por hogar en un 40%.

Solo diremos, que tanto la medición de Cepal, como la del banco mundial hacen alusión a indicadores económicos (ingresos) y no se analiza la pobreza en forma multidimensional, lo que seguramente empina la cifra por sobre la señalada.

Ante este escenario, y la falta de ayuda efectiva a los hogares que han visto afectado sus ingresos, urge la entrega de apoyo sin la hiper focalización de los famosos IFE, que en la práctica se traducen en un apoyo exiguo y absolutamente insuficiente. Los recursos económicos para entregar una renta pandémica de emergencia existen, el presupuesto de la nación mantiene las reservas intactas, ya sea en los famosos bonos soberanos y como alternativa también está el aumento de la deuda fiscal. Por otra parte, cobra gran importancia la carga tributaria a los súper ricos, que se aprobó durante la semana pasada en la cámara de diputados (idea de legislar) y que el gobierno, cual guardián de la fortuna de sus amos amenazó con el escudo neoliberal que resguarda la funesta constitución de Pinochet, el Tribunal Constitucional.

La propuesta de impuesto a los millonarios chilenos busca grabar sus fortunas con un 2,5% de impuesto por única vez y que esto vaya en apoyo directo a los hogares que se han visto más afectados como ingreso mediante una renta de emergencia y acotada a un número de meses. Esta iniciativa se está desarrollando en otros países y llama la atención, que en el caso de EEUU sean los propios multimillonarios quienes lideran la solicitud para que les aumenten los tributos y no en tan solo 2,5% sino cerca de un 7%. Sería muy valioso que los millonarios de nuestro país siguieran este ejemplo y aportaran a superar la crisis económica que hasta la fecha la sortea el pueblo con solidaridad propia.

Que la tragedia que vivimos hoy en Chile no nos nuble el horizonte. Hay que resistir, aun cuando el costo es enorme para muchos. En mayo debemos dar por el traste, con el lastre neoliberal y elegir a los constituyentes del apruebo, que serán los responsables de escribir las reglas para un nuevo Chile, el que debe tener como inspiración el bien común, la justicia social y la solidaridad.

                                       

 

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).