Carlos Castro Romero y Catalina Barahona: la propuesta Constitucional no respondió a las expectativas, le faltó amor y finalmente no nos une

Carlos Castro Romero y Catalina Barahona: la propuesta Constitucional no respondió a las expectativas, le faltó amor y finalmente no nos une
Carlos Castro y Catalina Barahona, concejal y cientista política, respectivamente.

El concejal linarense y la cientista política indicaron que "frustración es el calificativo que surge de esta instancia que no estuvo a la altura o no quiso estarlo, porque finalmente nos deja una propuesta que instalaría más división y desigualdad, desaprovechándose así el ánimo que había para proyectar mayor unidad y cohesión social entre los chilenos".


Por Carlos Castro Romero (concejal linarense) y Catalina Barahona (cientista política)

           El actual proceso Constituyente se inició con altas expectativas, ya que concitaba en su momento el acuerdo de la mayor parte de los representantes del Congreso Nacional, contaba con consensuados doce bordes y disponía de un Comité de Expertos para la propuesta inicial, más otro Comité de árbitros para la resolución de las discrepancias. 

Desconfianzas más, desconfianzas menos, el proceso ofrecía garantías y se presumía llegaría a buen término, entregándonos una propuesta Constitucional que generaría más unidad, mayor cohesión entre los chilenos y una mirada de futuro.

Sin embargo, tropezamos con la misma piedra: una mayoría circunstancial. Esta vez de derecha, y de la derecha más dura, la que nunca quiso este proceso, porque no le interesaba cambiar la Constitución. Para muestra un botón, en el Maule nuestros consejeros resultaron ser tres republicanos, una UDI y un independiente pro Partido Socialista.

Así llegaron los Republicanos a tomar el control del Consejo Constitucional, cargando con la disyuntiva de hacerlo fracasar o de demostrar que podían hacer un trabajo que superara el frustrado intento de la Convención. 

Las primeras declaraciones de la mayoría republicana apuntaban a la seriedad de su trabajo como constituyentes, pero a poco andar, se inclinaron por la mirada pequeña, sin visión de largo plazo, entregándonos como resultado un texto cargado de moralidad, sin visión de futuro y con claros guiños al sector más acomodado y pudiente del país, donde incluso la Presidenta del Consejo expuso públicamente la desafortunada frase en la que indicaba que ésta era una propuesta “para los chilenos de verdad”, dejando entrever una posición de superioridad de quienes se consideran portadores de la verdad exclusiva y excluyente. 

Frustración es el calificativo que surge de esta instancia que no estuvo a la altura o no quiso estarlo, porque finalmente nos deja una propuesta que instalaría más división y desigualdad, desaprovechándose así el ánimo que había para proyectar mayor unidad y cohesión social entre los chilenos.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).