Lenin Fuentes: “Endeudamiento, la respuesta del Gobierno a la clase media”

Lenin Fuentes: “Endeudamiento, la respuesta del Gobierno a la clase media”
Lenin Fuentes Barros, trabajador social.

No permitir que los obligados ahorrantes del sistema previsional chileno puedan hacer uso de sus recursos en una cantidad mínima como representa el 10


Por Lenin Fuentes Barros ( trabajador social , magister en políticas públicas y gestión local y coordinador comando Apruebo Chile Digno Linares)

 

                    Mayor endeudamiento es la propuesta del gobierno y los partidos gobernantes para que la llamada clase media pueda sortear las necesidades que les demanda la pandemia ante la pérdida de trabajo o la disminución de ingresos como consecuencia directa de las propias medidas tomadas por el gobierno con sus políticas públicas para enfrentar la pandemia y “proteger a los súper ricos”. La verdad, es que ninguna medida efectiva ha sido dirigida a la gran masa ciudadana que vive las consecuencias directas de no tener ingresos y  no tener comida. El gran caballo de batalla del gobierno es el llamado IFE 2.0, que es más de lo mismo y que solo complementa ingresos a un grupo muy reducido de personas debido a su hiperfocalización basada en un indicador de necesidades socioeconómicas de emergencia que solo busca dejar fuera de los beneficios a la gran mayoría.

Hoy, el gobierno presenta como la gran panacea para la clase media el endeudamiento, como si ya no se viviera agobiado por las deudas que está sorteando hace décadas. La fundación Sol hizo pública una información que revela que 11,5 millones de personas en Chile tienen deuda y el gobierno, cuando esperaríamos que hiciera llegar un salvavidas, lo que hace es tirar un ancla que nos impida ver la luz y así mantenernos enajenados por la preocupación y agobio financiero.

En estos momentos, lo que corresponde es que el gobierno entregue subsidios y aportes directos. Los recursos existen y se pueden obtener incluso ingresos frescos con un simple impuesto a los súper ricos, que a la fecha no han sido más que beneficiados por la ley de suspensión del empleo por ejemplo, que les permite proteger sus fortunas y  no tener que utilizar las cuantiosas utilidades generadas en décadas de expoliación a los trabajadores y al ciudadano obligado al consumo.

Los beneficios anunciados por Piñera para la clase media, como todos los anuncios del presidente, están llenos de letra chica y no llegarán a tod@s las personas que lo necesitan. Están focalizados en quien ha perdido el trabajo o está acogido a la ley de protección del empleo, dejando fuera a un vasto sector que vive de su trabajo y por cierto no califica en ninguno de los exiguos  beneficios entregados hasta la fecha.

El poner como condición para postergar el pago de créditos hipotecarios no tener una mora superior a 29 días es dejar fuera del beneficio a quienes realmente lo necesitan. Si un hogar promedio, que vive de los ingresos de una o dos persona, de la noche a la mañana vio disminuidos sus ingresos en promedio al 50% e incluso al 35%, ¿se va a preocupar de pagar el dividendo o de dar de comer a sus hijos? La respuesta es obvia, por lo tanto en el mejor de los casos los dividendos de esas familias ya tiene una mora superior a los 60 o 90 días.

Es importante tener claro, que la propuesta de “endeudamiento” para la clase media del gobierno surge ante el amplio respaldo ciudadano que ha tenido la iniciativa  que propone hacer uso del 10% de los ahorros previsionales. Una vez más, la intención es proteger a los especuladores financieros y que han llenado sus arcas con recursos de los trabajadores y no salir al paso de las necesidades del sector social que aún no recibe ningún tipo de apoyo público.

No permitir que los obligados ahorrantes del sistema previsional chileno puedan hacer uso de sus recursos en una cantidad mínima como representa el 10% de los ahorros y que si el Estado de verdad se preocupará de esta realidad bien podría comprometer su devolución al largo plazo (previo a jubilar obviamente) es solo una medida de protección al sistema de AFPs que la gran mayoría ciudadana estamos por cambiar.

Esta propuesta seguirá su camino en el parlamento, la contundente aprobación en la Cámara de Diputados hace presagiar también un éxito en el Senado,  por lo que el gobierno deberá recurrir al guardián del modelo neoliberal en Chile llamado Tribunal Constitucional o lisa y llanamente al veto presidencial, como lo hace con la ley que impide el corte de suministros básicos por tres meses, para rechazar esta medida y cuadrarse con las AFPs.

En lo personal, estoy convencido que el próximo Octubre votaremos por el cambio de la constitución y la nueva casa común que construiremos deberá asegurar el derecho a la pensión digna, por lo tanto el retiro de este 10% en estos momentos no implica un mayor riesgo para los cotizantes que son amenazados por gran parte de la derecha gobernante con que verán disminuidas sus pensiones futuras (estudios de impacto demuestran que se afectarían las menguadas pensiones entre 2 mil a 20 mil pesos). Esta no es una batalla sencilla y lograrlo depende de cuánto podamos influir como ciudadanos, de la misma forma como logramos imponer el postnatal de emergencia que hoy es una realidad (independiente del nombre que lleve) y permite que las madres con hijos menores de 2 años puedan quedarse con  ellos.

Lo cierto, es que el gobierno sigue llegando tarde ante las necesidades ciudadanas, mostrando su total falta de empatía por los que viven la angustia del hambre y el frío del invierno que nos abraza en pandemia, nuestra respuesta debe ser la organización, la solidaridad y la dignidad para exigir lo que es nuestro.

Otro Chile es posible y en octubre lo comenzamos votando por la nueva constitución.

 

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).