El manifiesto de la comunidad Huapi Linares
Editora
334
"Noche de miedo y dolor en nuestro sector ¿Hasta cuándo viviremos así? Anoche vivimos una de esas noches que dejan huella, que nos llenan de tristeza, impotencia y rabia contenida. Un conductor de la línea Alfa, el número 10, fue asaltado y le robaron su vehículo mientras trabajaba honestamente para llevar el pan a su casa. No era solo un taxi. Era su herramienta de trabajo, su sustento, su esfuerzo diario convertido en cuatro ruedas. Pero eso no fue todo. Un vecino fue apuñalado en otro intento de asalto . Hoy esta en el hospital, otro vecino junto a él fue igualmente atacado y una querida vecina, que día a día se gana la vida vendiendo churrascas, también fue atacada. Una mujer trabajadora, de esas que madrugan y se acuestan tarde, que no piden nada más que poder vivir en paz", indican a través de redes sociales
Fuente: Comunidad Huapi Linares. Autor: septimapaginanoticias.cl
En una especie de manifiesto, dan cuenta de una realidad compleja que necesita ser abordada por las autoridades y la comunidad.
"Noche de miedo y dolor en nuestro sector ¿Hasta cuándo viviremos así? Anoche vivimos una de esas noches que dejan huella, que nos llenan de tristeza, impotencia y rabia contenida. Un conductor de la línea ALFA, el número 10, fue asaltado y le robaron su vehículo mientras trabajaba honestamente para llevar el pan a su casa. No era solo un taxi. Era su herramienta de trabajo, su sustento, su esfuerzo diario convertido en cuatro ruedas.
Pero eso no fue todo. Un vecino fue apuñalado en otro intento de asalto. Hoy está en el hospital, otro vecino junto a él fue igualmente atacado y una querida vecina, que día a día se gana la vida vendiendo churrascas, también fue atacada. Una mujer trabajadora, de esas que madrugan y se acuestan tarde, que no piden nada más que poder vivir en paz", indican.
Luego agregan: "¿Qué nos está pasando? ¿En qué momento nos convertimos en tierra de nadie? Madres, padres, abuelos, trabajadores, niños… todos vivimos con miedo. Miedo de salir, de no volver, de que le pase algo a un ser querido. Nos sentimos solos. Abandonados. Y duele. Duele porque somos gente de bien, que lucha, que se esfuerza, que quiere vivir tranquila. Y ya no se puede. No queremos más excusas. No queremos más promesas vacías. Queremos seguridad, queremos respeto, queremos volver a mirar a nuestros hijos a los ojos y decirles: “Estás seguro”. Porque no es justo vivir así. Porque merecemos algo mejor. Porque no se puede construir una comunidad con miedo. Ya es hora de que nos escuchen. Ya es hora de que alguien actúe", plantean públicamente.
