Un estudio de la Universidad de Talca arrojó que se espera un incremento en los gastos de las familias en electricidad y gas durante los próximos meses, debido a la presencia de las personas en los hogares producto de la cuarentena por Coronavirus.
Los expertos en eficiencia energética del Centro Tecnológico Kipus de la UTalca hicieron una simulación de aumento de gasto para una familia compuesta por cuatro personas, en tele obligaciones (2 adultos que trabajan y 2 niños que estudian), cohabitando en una casa de un piso que cuenta con 1 baño, 2 dormitorios, 1 cocina, 1 sala de estar y 1 comedor.
La académica María Luisa del Campo, directora e investigadora de Kipus, señala que calcularon en 17% el aumento de energía eléctrica, tanto para mayo como para junio, comparado con esos mismos meses en situación de normalidad, lo que equivale a un promedio de $3.500 más por mes. El aumento se debe principalmente al mayor uso de los equipos como televisión y computadores, así como también la mayor cantidad de horas iluminando la casa, muchas veces incluso cuando no les estamos usando. “En las mañanas por ejemplo, uno se queda trabajando y de repente son las 12, ya no se necesita y a uno se le quedó la luz prendida. En eso yo creo que nos está pasando mucho como familias que estamos trabajando adentro y funcionamos. Lo mismo el computador, como lo ocupamos tanto y entremedio nos vamos a cocinar, a hacer aseo, y lo dejamos ahí abierto”.
Respecto al gasto en calefacción y uso de agua caliente, consideraron para la simulación el gas licuado, y el aumento también fluctúa entre 15% y 17% en mayo y junio comparado con estos mismos meses con sus habitantes fuera de casa durante el día. A nivel monetario esto es entre 5 mil y 6 mil pesos más por este ítem. Aunque pudiera esperarse que el aumento en ámbitos de calefacción fuera mayor, del Campo explica que el aumento no explosivo se debe a que aparatos prendidos y personas circulando en la casa ayudan a calefaccionar el ambiente: “Las mismas personas en el interior de las viviendas genera más calor entonces por eso no se requiere muchísima más calefacción a pesar de que esté todo el día funcionando, pero no va a tener un peak tan alto como uno se lo hubiera imaginado, esto debido al mayor uso de los equipos, el computador emite calor, dejamos prendidas más horas la iluminación esto también genera calor”.
Sumando entonces, el presupuesto familiar debiera estar considerando al menos unos $10.000 más para gastos de electricidad y calefacción. La investigadora indica que si bien para algunos pareciera no ser mucho, en un contexto de disminución de ingresos, pérdida de trabajo y aumento de otros ítemes de la canasta familiar, por supuesto es un impacto grande para las familias. Por ello, entrega consejos para el buen uso de la energía, pues el mismo aumento que se estima se producirá por estar en casa puede ser reducido con buenas prácticas.
En el caso del gas aconseja no dejar corriendo el agua caliente cuando no se ocupa, tanto al lavar la loza como cuando nos duchamos. “Debemos ser más eficientes todavía en resguardar la energía que generamos para calefaccionar, ducharse o lavar la loza. Es decir cuando uno se está jabonando o colocándose shampoo, apagar el agua. Lo mismo al lavar la loza, juntemos lavaza y con eso se pueden lavar más platos a que si tengo el agua permanentemente corriendo. Hay estudios que indican que se puede ahorrar perfectamente casi la mitad no solo del agua sino también de la energía”, afirma.
Para aprovechar más eficientemente la calefacción aconseja revisar y sellar aquellos pequeños espacios por donde entra el frío y se escapa el calor: “Por lo que hay que partir es el sello de las infiltraciones de aire, o sea, dejar lo más hermética posible la casa, porque por ahí se estima que se pierde fácilmente un 15 por ciento de la energía, por esas rendijas de las puertas y de las ventanas. Es de las medidas más económicas que se pueden tomar”.
Para ahorro de electricidad señala que tenemos que adquirir la costumbre de usar los modos suspendidos de nuestros dispositivos cuando no los estemos ocupando, y procurar apagar las luces cuando no estén siendo utilizadas. Así, señala, se puede acortar bastante la brecha de aumento que prevén.