El manifiesto de Ronald Marambio sobre la discriminación que afectó a su hija en el Colegio Lucila Godoy de Linares
“Queremos evidenciar esto porque casos como este y de otro tipo de vulneración de derechos fundamentales de la infancia, no se pasen a llevar, para que antes de tomar alguna decisión lo piensen mil veces. En Chile hay poca visibilidad de este tema del autismo, es muy triste como ocurre muy a menudo que nuestros niños con TEA no sean aceptados en diferentes entornos”, comentó en carta pública a Séptima Página Noticias
Por Ronald Marambio
El año pasado cuando nos aproximamos a las fechas de postulación para colegio, en el jardín infantil donde asistía nuestra hija, nos citaron a reunión para ayudarnos y orientarnos en el proceso, nos preguntaron cuáles eran las opciones que teníamos y ellos nos fueron guiando un poco más.
Mi hija tiene trastorno de espectro autista, y sumado a ello tenía problemas motores (tanto motor fino y grueso), no hablante. Estuvimos dos años en el jardín y nos fue muy bien, la niña avanzó mucho y pudimos trabajar en conjunto con las tías de buena manera para todos.
Postulamos a tres colegios, nos fijamos que tuviese Programa PIE, y que no fuesen muy grandes, entre ellos estaba el Lucila Godoy, me lo habían recomendado por que era un curso por nivel y que el ambiente era familiar, pensaron que tendríamos buena acogida ahí…. Lo que estaba muy lejos de ser.
Antes de hacer la postulación fui a nuestras tres opciones a averiguar y a exponer el caso especial de mi hija, en algunos tuve acogida y me explicaban a grandes rasgos las características del colegio, en el Lucila Godoy la secretaria del colegio no nos dejó entrevistarnos con la directora, ella habló con nosotros y no tuvimos muy buena recepción en cuanto a su actitud frente a nosotros, que la niña no podía usar pañales porque ellos no tenían mudador y no iban a cambiárselo, nosotros dijimos que no teníamos problema en ir nosotros a hacer la muda, y buscaba excusas para seguir en la negativa…sin embargo había gente que nos decía que ella era así, pero que el colegio era otra cosa.
Salieron los resultados de la postulación y mi hija había quedado en ese colegio, la fuimos a matricular, y con mayor razón fui para allá para exponer el caso y ver de qué manera podíamos atender las necesidades de mi hija. De nuevo la secretaria nos tiró por el desvío y no nos dio ninguna respuesta (que estaban en proceso de matrícula y no tenían tiempo), sin embargo no me quedé conforme con ello y espere a ver a la directora, hasta que la encontramos, le conté muy a la rápida que necesitaba hablar con ella y anotó mi número y me dijo que la psicóloga se contactaría conmigo para agendar una reunión.
El 20 de diciembre me escribió la psicóloga y ella me citó para el 26 para la entrevista. Ese día llegue y estaba con la profesora a cargo del pre kínder donde asistiría mi hija, les comenté como era ella, sus características y dificultades, les explicaba cómo se podrían abordar cierta situaciones, y que iba a hacer todo lo posible para que mi hija dejara los pañales durante el verano, me dijeron que me iban a citar a otra entrevista para la semana antes de entrar a clases y así ellas pudiesen conocer a mi hija y presentarle el colegio a ella también…esa reunión no se llevó a cabo, ya que no nos llamaron.
Llegó el primer día de clases 29 de febrero, ya le habíamos comprado el uniforme y la lista de útiles para el colegio, la llevamos con harta ilusión y esperanza, estaría allí solo 3 horas, de 08:30 a 11:30. Cuando la fuimos a buscar no nos comentaron nada, “¿tía cómo le fue?” “bien bien” y siguió entregando a niños, como estaba ocupada nos fuimos, al llegar a casa, luego de darles el almuerzo a las niñas veo que tenía un mensaje de parte de la profesora, citándonos a entrevista a las 14:10.
La entrevista se dio de la siguiente manera con la jefa de UTP, directora, profesora, encargada del PIE, y psicóloga:
Caso seguido comenzó la reunión y comenzó la rueda de preguntas...
¿Como llegó su hija a casa hoy?
Bien, llegó contenta, eso es señal de que le gustó venir.
¿Como fue su búsqueda de colegio?
Les conté que teníamos tres opciones, que habíamos consultado entre nuestros contactos colegios que tuvieran:
1.- Un buen proyecto PIE (Proyecto de Integración Escolar)
2.- Los profesionales que atienden a nuestra hija nos recomendaron un colegio no muy grande, con pocos alumnos, que para su condición sería más sencillo adaptarse. Y así fue como llegamos al CLG.
3.- Que no tuvieran problema con acompañarnos con las evidentes necesidades de nuestra hija.
Y bueno… por tema del sistema de elección, quedó en el Lucila Godoy...
Y ahí comenzó a desarrollarse el problema en cuestión.
Que la niña se salió de la sala en dos ocasiones a jugar a los resbalines, que se sacó un zapato, que le quitó un juguete a un niño, que la encargada del PIE no pudo llevar a cabo su trabajo de ver otros tres cursos por estar exclusivamente con mi hija, que le quitó una galleta a un compañero, que no puede haber un adulto dedicado a una sola alumna, que cuando salió de la sala se calló muchas veces, que se caía del resbalín, que no sabía usar el columpio por qué se soltaba de las manos ... Y finalmente "como colegio no estamos capacitados para atender un caso como el de su hija" a lo que yo le digo...
Yo: ¿Y si ponemos un tutor sombra?
Directora: Nuestro colegio no trabaja con tutor sombra...
Yo: si el problema es económico, nosotros contratamos a una persona profesional que la asista en el aula así las tías no pierden la atención en los demás niños y todos hacen su trabajo tranquilo...
Ahí es cuando entre todas se miraron y en el silencio no se hizo notar. Y claramente les complica tener a una persona que no es parte del colegio dentro del aula con la niña a pesar de ser profesional...
Yo: ¿Y si viene la mamá para asistirla? Así hace la muda de su pañal más tranquila y puede esperar a la niña y asistir en caso de ser necesario si sale de la sala de clases o al momento de que coman la colación.
La respuesta entre miradas cruzadas, fue consensuada entre la directora y la profesora acerca de que podría venir y estar esperando en el hall para poder asistirla.
Yo: por el resto del año no tengo ningún problema con salir de mi trabajo a la hora que sea necesario, puedo venir todos los días a las 10:00 para mudar el pañal de la niña. (Ese fue el acuerdo al cual se llegó después de la larga conversación y que la primera semana iría mi esposa a ayudar a la niña mientras se adaptaba de hecho me pidieron firmar el acuerdo).
Hablamos acerca del alto peldaño que está justo en el pasillo y que da hacía los juegos, comenté que eso claramente es un riesgo, ya que no hay baranda y es muy alto, a pesar de tener una rampa para bajar no es suficiente adaptación no solo para niños con TEA, sino para todo niño... Además de estar el peldaño fuera de norma por ser muy alto.
Claramente no querían tener a mi hija ya que para ellos significa un "cacho"...
La poca apertura para la adaptación del entorno, el poco profesionalismo para llevar de la mano el caso, la poca voluntad de querer integrar a mi hija es lo que nos llevó al día siguiente a tomar la decisión de cancelar la matrícula de nuestra hija...
Sacarla de ahí cuánto antes, a pesar de no tener dónde trasladarla todavía... Pero protegida y buscando un lugar donde sea aceptada y respetada.
Y ojo que después dirán que fue una salida voluntaria... Para proteger su imagen...
Pero la verdad es que... no nos fuimos por qué quisiéramos... no fue voluntario. Todo lo que ocurrió nos llevó a alejar a nuestra hija de un entorno donde no la aceptan ni tienen la voluntad de trabajar con ella.
En algún momento lo comente... Si está misma conversación la hubiéramos tenido pasado una semana o más.... Y nos dicen que al menos lo intentaron... Lo habríamos asimilado de mejor manera... Pero no fue así... Solo bastaron 3 horas... Para no querer a nuestro ‘cachito’ en sus aulas... Por qué no hubo oportunidad de conocerla ni de que ella se adaptara...
Es como invitar a un niño a la cancha, vestirlo, comprarle los zapatos, una pelota y no ponerlo a jugar o dejarlo en la banca... Fue humillante, poco ético y muy triste...
Lo que debió haber sido un recuerdo hermoso para toda la vida, terminó siendo un trago amargo...
Queremos evidenciar esto porque casos como este y de otro tipo de vulneración de derechos fundamentales de la infancia, no se pasen a llevar, para que antes de tomar alguna decisión lo piensen mil veces. En Chile hay poca visibilidad de este tema del autismo, es muy triste como ocurre muy a menudo que nuestros niños con TEA no sean aceptados en diferentes entornos.
Está vez le pasó a mi hija... mañana puede ser otro niño o niña.
Como familia quedamos destruidos, vivimos la discriminación cada uno de nosotros, y como familia quisimos resguardar en bienestar de nuestra hija, no podíamos forzar la situación, exigirle al colegio su adaptación y luchar por ello, ya que tenemos una ley que nos respalda… pero eso sería a costa de que nuestra hija viviera en un infierno donde no querían que estuviera ahí.
Buscamos en nuestra red de apoyo y hablamos con la tía que estuvo a cargo de ella en el jardín infantil para pedir ayuda…. Ella actuó de inmediato y habló con la directora del jardín, ella se movilizó, y encontraron un cupo para que mi hija pudiese entrar en otro establecimiento de la misma fundación, que trabajaban con niños de entre 2 y 5 años.
Nos citaron a entrevista el día lunes 4 y fue totalmente diferente la recepción y la acogida que tuvimos, nos decían que ahí todas las tías les gustan su trabajo y que lo hacen con mucho gusto, y que tener una niña con las características de mi hija les invitaba a tener un desafío y con ello grandes aprendizajes, que les gustaban los desafíos y que ya habían tenido experiencias con niños neurodiversos.
Al día siguiente entraban a clases, llevamos a nuestra hija y la recibieron con mucho cariño, la niña se adaptó súper bien y ellas aplicaban todos los tips que les pudiésemos dar.
Gracias a nuestra red de apoyo logramos solucionar y encontrar un mejor lugar para nuestra hija, sin embargo no podemos hacer vista gorda a lo que sucedió y dejar que todo esto quede en silencio, ya que cada vez son más los niños neurodiversos, ahora hay una ley que “nos debería respaldar” ante estas situaciones, pero aun así siguen existiendo actos de discriminación en sistemas que son un derecho para todos los niños niñas de nuestro país, y todo el dolor que vivimos como familia no nos gustaría que lo viva ninguna otra familia.
Es injusto que un colegio que tiene un PIE reciba una subvención que es estatal y que al final de todo es solo una fachada para ganar dinero y no se preocupan de potenciarlo para poder dar un real servicio a sus alumnos. Queremos evidenciar todos estos hechos para que esto salga a luz y se conozca la realidad de la situación y sobre todo de ese colegio Lucila Godoy.