Día de niños y niñas: regalar amor y tiempo
Por Roxana Zuleta Bravo (directora de Trabajo Social de la Universidad André Bello, Concepción)
Este domingo 11 de agosto nos invita a repensar nuestra forma de relacionarnos con niños, niñas y adolescentes, y reconocerles como sujetos plenos de derechos. Este día, constituye una conmemoración anual, dedicada a la “fraternidad y a la comprensión de la infancia en el mundo” como respuesta al llamado que, en 1954, hiciera la Asamblea General de las Naciones Unidas, al recomendar la adopción del Día Universal del Niño, sugiriendo que cada país estimara su propia fecha.
Si bien el año 1976 se establece por ley que el tercer miércoles de octubre se celebraría este acontecimiento, más bien por consenso social y comercial, en nuestro país quedo instaurado en agosto de cada año. Mes en que Chile firmó y ratificó en 1990 la Convención de Derechos del Niño, aprobada un año antes, el 20 de noviembre por la Asamblea General de Naciones Unidas. Obligándose el Estado chileno, a proteger y resguardar los derechos que en ella se establecen y respetar sus principios fundantes como el interés superior del Niño, la no discriminación, la supervivencia y desarrollo, y la participación.
De este modo, más que regalar bienes materiales, la invitación es a preguntarnos cómo desde el mundo adulto, tanto a nivel individual como colectivo, incluidas las instituciones, todos tenemos el deber de ser cogarantes, contribuyendo a que sus derechos no solo se encuentren escritos en un papel, sino que puedan disfrutarlos y ejercerlos plenamente, al interior de sus familias, escuelas, barrios y comunidades. Ello sin duda es una tarea persistente y de largo aliento, y en una sociedad como la nuestra, en que niñas, niños y adolescentes, se sienten cada vez más solos, quizás el mejor regalo sea dedicar aquello que justamente no se compra con dinero, detenernos, jugar, escucharles, conectar con sus sentires, intereses y necesidades, en fin…, regalar amor y tiempo.