Aly Valderrama Villaroel: si entrando a la carretera oyes un bip-bip

Por Aly Valderrama Villarroel (doctora en ciencias, ingeniera agrónoma y profesional docente de la Universidad Católica del Maule)

                                                                                   Cada vez que recorremos la columna vertebral que une a nuestro largo y angosto pedazo de tierra, la Ruta Cinco sur, podemos recordar que junto a nosotros y nosotras viajan camiones y buses, oímos un bip-bip. Compartimos algunos kilómetros, observamos colores y logos de empresas, otros llevan escritos “Dios es mi copiloto” o “te extraño papito”….después nos distanciamos y cada une continua su avance hacia sus destinos.

El rubro del transporte terrestre en nuestro país, el cual permite la distribución de todo lo que a usted se le ocurra, se encuentra monopolizado por los camiones. Si necesitamos una aguja para remendar un calcetín, construir un puente con grandes vigas de fierro, electrodomésticos, o una carta romántica para un ser amado…todo ello, llegó a su destino porque un camión lo transporto.

Hagamos un ejercicio mental, recordemos que llevamos dos años de pandemia por Covid-19 (SARS-COV2) y en este tiempo hemos tomado conciencia del valor que tiene el trabajo realizado por el personal de la salud. La mayoría de ellos y ellas trabajó turnos dobles (hasta triple), destinó su tiempo de descanso para elaborar mascarillas utilizando sus máquinas de coser para poder contar con un elemento de protección que ahora nos resulta cotidiano y hasta trivial, podemos encontrar variedad de colores y combinarlo con nuestra ropa. Esas personas expusieron sus vidas y las de sus familiares al realizar su función en nuestra sociedad, cuidar nuestra salud. ¿Y cómo se les retribuyó ese sacrificio?

¿Cuáles han sido las contribuciones al país del rubro de los camioneros? Su función es transportar lo que en un acuerdo entre particulares se establece, se define un monto por kilómetro, tiempo de entrega, condiciones de entrega, etcétera. ¿Han puesto su vida o la de sus familiares en riesgo al realizar su trabajo?, algunos y algunas podrán indicar que conducir es un riesgo, están sometidos a extensas jornadas de trabajo y mal descanso, otros y otras dirán que sacrifican la convivencia con sus familias. Pero si analizamos en detalle, los empresarios del transporte cuentan con garantías tributarias que la mayoría no tiene. Este rubro tributa (paga impuestos) basados en renta presunta (no efectiva); es decir, en sus declaraciones de impuestos dicen sus ganancias, no las deben demostrar con boletas o facturas. ¿Sabía usted que una modista paga más impuestos que un camionero?

Cuando veo la Ruta Cinco, este eje de conexión interrumpido vienen a mi mente historias de los setenta y otras que he vivido en carne propia; estos eventos de obstáculo siempre coinciden con la posibilidad de lograr algún cambio para nuestro país, para toda la sociedad. Contar con las llaves para conducir un rodado de gran envergadura no detendrá los avances que hemos reclamado y que son tan necesarios para nuestro país.

Pareciera que el problema no es el camión, sino quienes se encuentran entre el volante y el asiento. Estos camioneros que truncan nuestro libre desplazamiento por el país afectan a toda la ciudadanía, personas que se trasladan a otras ciudades a recibir atenciones médicas, familias que van a un velorio, no permiten avanzar a ambulancias con las balizas encendidas que trasladan a pacientes en estado crítico, no sólo causan dificultades en el abastecimiento sino que perjudican a un ciudadanos y ciudadanas llevándolo al extremo de perder su vida.

Siendo justa, no todos los camioneros se han sumado al paro, aunque ya estamos viendo asados y brindis en las carreteras. Transportar elementos esenciales, abastecer a comunidades lejanas e incluso, conocer nuevas rutas y paisajes tiene su poesía.

La economía mundial se encuentra afectada por la guerra entre Ucrania y Rusia, además de los efectos de la pandemia, entre otras variables que han generado un alza del dólar y un incremento en el costo de vida y producción. En nuestra región el motor de la economía es la agricultura, la cual ha tenido que lidiar con una importante alza en los costos de producción y estamos iniciando el periodo de cosecha de cerezas, uno de los frutales que han presentado los mejores precios en el mercado junto a un marcado aumento en la superficie plantada en la región. Este momento clave, comercializar la fruta implica posicionarla en los mercados con la mejor calidad posible y por ello, no poder transportarla a destino a tiempo repercute en las ganancias y en un mediano plazo las pérdidas ocasionadas por el paro camionero pueden generar el cierre de mercados internacionales o la pérdida de empleo en la región.

En nuestro país, nos enfrentamos a un nuevo proceso constitucional junto a un Gobierno transformador, cuyos cambios tienen incómodos o descontentos al gran empresariado. La propuesta de reforma tributaria (los ricos paguen más impuestos), reforma previsional, una esperada reforma laboral (40 horas semanales), entre muchas más se están llevando a cabo. La inconformidad de unos pocos está repercutiendo a muchas y en variadas aristas de nuestra sociedad y economía, no podemos permitir que sólo un rubro del transporte, los camioneros, queden impunes ante tanto daño que han generado.

Las excusas utilizadas ahora se centran en el valor del combustible, pero pareciera que hay una relación entre cambios o reformas y paro de camioneros…¿le parece que sean al azar?

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).