Manuel Quevedo Méndez: Januario Espinosa del Campo, homenaje a un escritor y servidor público

Manuel Quevedo Méndez: Januario Espinosa del Campo, homenaje a un escritor y servidor público
Januario Espinosa.

Januario Espinosa se inició como empleado de Correos, en Temuco. Luego renunció, para reincorporarse -casi de inmediato- como oficial en Santiago. Su espíritu inquieto lo llevó a trabajar en Concepción, Copiapó, Ligua, Illapel, Chillán y La Serena, entre otras. Siguió su carrera administrativa como jefe de Reparto, Telegrafista, jefe de Turno, Oficial de Inspección, jefe de Distrito, Profesor de Telegrafía, Subinspector Técnico y Jefe de Sección de primera clase del Departamento de Instrucción y Bienestar de la Dirección General, desde cuyo puesto se acoge a los beneficios de la jubilación, que le fueron concedidos el 18 de febrero de 1927


Por Manuel Quevedo Méndez (profesor y ex director de la Biblioteca Pública Municipal "Manuel Francisco Mesa Seco de Linares)

                 Revista LINARES, edición Nº 60, último trimestre de 1947, en su nota Editorial, bajo el título de Palmilla de Espinosa, una carta fechada en Santiago, 25 de noviembre de 1947; dirigida a S. E. el presidente de la República Señor Gabriel González Videla.

Existe hacia el occidente de Linares, la aldea de Palmilla, cuna del escritor y servidor público, Januario Espinosa del Campo; en razón que con el mismo nombre se conocen en Chile cuatro villorrios, entre ellos el de mayor importancia, el que se encuentra sobre el Ferrocarril de San Fernando a Pichilemu, la Sociedad Linarense de Historia y Geografía, se dirige respetuosamente a S. E. y le pide que, de acuerdo con los generosos sentimientos de justicia que le distinguen, tenga a bien decretar que el nombre de Palmilla de Linares sea substituido por el de Palmilla de Espinosa, en homenaje al insigne escritor que con sus libros se hizo acreedor al respeto y veneración de la posteridad. 

La Dirección de Correos y Telégrafos, en cuya repartición Januario Espinosa sirvió los mejores años de su vida, ha honrado su memoria, pues, acaba de crear con su nombre una oficina postal y nuestra Sociedad, que le contó entre sus miembros más conspicuos, colocará una placa de bronce en el lugar preciso donde nació.

S. E. tuvo oportunidad de justipreciar las cualidades del ilustre escritor y servidor del país, la Sociedad Linarense de Historia y Geografía, queda confiada en que Ud. accederá a la petición que le dejamos formulada; así el nombre de Januario Espinosa quedará inmortalizado en el corazón de sus comprovincianos. Saludan muy respetuosamente a S. E., Julio Chacón del Campo, presidente; Dr. Francisco Ferrada A., secretario.

Oficina de Correos Januario Espinosa del Campo. La oficina postal, en este rincón de la Palmilla, tuvo su origen en una petición formulada al director general de Correos y Telégrafos, señor Luis Campos Vásquez, por la Sociedad Linarense de Historia y Geografía y Centro Hijos de Linares. 

En la oportunidad estas instituciones, en su generoso deseo de perpetuar la memoria de Januario Espinosa, solicitaron de su consocio Luis Campos Vásquez, cuando asumía Dirección General de Correos y Telégrafos, dispusiera la creación de esta oficina y la emisión de una estampilla con la efigie del escritor y servidor público.

Discurso del director general de Correos y Telégrafos. Esta dirección ha querido rendir un homenaje póstumo a la memoria de su ex-funcionario, Januario Espinosa, dándole su nombre a esta oficina de Palmilla, lugar en donde el escritor abriera por primera vez sus ojos maravillados al mundo. 

Januario Espinosa se inició como empleado de Correos, en Temuco. Luego renunció, para reincorporarse -casi de inmediato- como oficial en Santiago. Su espíritu inquieto lo llevó a trabajar en Concepción, Copiapó, Ligua, Illapel, Chillán y La Serena, entre otras. Siguió su carrera administrativa como jefe de Reparto, Telegrafista, jefe de Turno, Oficial de Inspección, jefe de Distrito, Profesor de Telegrafía, Subinspector Técnico y Jefe de Sección de primera clase del Departamento de Instrucción y Bienestar de la Dirección General, desde cuyo puesto se acoge a los beneficios de la jubilación, que le fueron concedidos el 18 de febrero de 1927. 

Durante su permanencia en el servicio de Correos y Telégrafos aparecieron los primeros brotes de lo que más tarde fuera su fecunda labor intelectual. Es así como su novela Cecilia la escribe durante su permanencia en Copiapó, para entregarnos después la Señorita Cortés Monroy, Un Viaje con el Diablo, y otras, en las que sus personajes fueron tomados de la realidad en su trabajo. El telegrafista y la sencilla y dulce empleada de correos, que nos muestra en sus páginas, somos nosotros mismos los que nos hemos quedado entre ellas. 

Discurso de Julio Chacón del Campo, de la Sociedad Linarense de Historia y Geografía. Ya es una realidad la nueva oficina y lo será también -en un futuro no lejano- la estampilla que dará a conocer, en lejanos continentes y en los últimos rincones del país, la serena faz de un poeta que nació en este lugar. El nombre de Januario Espinosa es símbolo de perseverancia, trabajo, sencillez, modestia y de ingénita bondad. Sus libros llenos de nobles enseñanzas, exaltación de nuestras bellezas y recuerdos de esta tierra que para él fue tan querida. 

Respecto de la solicitud, para bautizar el lugar como Palmilla de Espinosa, el Mandatario respondió a D. Julio Chacón, el 10 de diciembre, diciéndole que había enviado la nota al ministro del Interior -Contralmirante Immanuel Holger - para su estudio. Nunca se resolvió.

Se firmó un acta y se descubrió la placa con el nombre de CORREOS, a la que se le incluiría el nombre de Januario Espinosa, en un futuro próximo. Nunca se hizo.

D. Julio señaló en su discurso: “es una realidad la nueva oficina y lo será también -en un futuro no lejano- la estampilla que dará a conocer un poeta que nació en este lugar”. Las estampillas las hacía la Casa de Moneda, era necesario hacer un diseño por un dibujante especializado y en esa época requerían de una ley. Nunca se hizo.

La placa de bronce se colocó en el lugar preciso donde nació, muy cercano a la escuela del lugar que también lleva su nombre. Habría que recuperarla y dejar a resguardo como patrimonio de Palmilla, en el colegio de la localidad.  Hace algunos años hicimos gestiones, para el efecto; que no tuvo resultados positivos. (Bibliografía: Revista LINARES, N° 60, 1947. Fotografía: Archivo de Jaime González Colville)