Alejandro Araya Valdés: el problema de la educación superior en el Maule sur

Alejandro Araya Valdés: el problema de la educación superior en el Maule sur
Alejandro Araya Valdés, abogado.

“El futuro del Maule sur no está escrito en piedra, sino en las manos y mentes de nuestros jóvenes. Si les ofrecemos las herramientas, si les damos las oportunidades y si les demostramos que su talento es invaluable para nosotros, no tendrán que irse. Al contrario, se convertirán en el motor que impulse nuestra región hacia una nueva era de prosperidad, innovación y desarrollo. No podemos seguir observando cómo se desvanece su potencial. Es hora de actuar, de invertir en ellos y en el futuro que todos anhelamos para este rincón de Chile. Nuestro compromiso debe ser claro: el Maule sur es una tierra de oportunidades, y la educación es la llave para abrirlas”, postula el abogado


Por Alejandro Araya Valdés (abogado y magister en ciencias políticas)

INTRODUCCIÓN

El Maule Sur es una región con un potencial inmenso, sin embargo, a pesar de toda esta riqueza humana y natural, hay un problema silencioso que nos afecta en lo más profundo: la falta de oportunidades para nuestros jóvenes. Es una realidad que veo en cada conversación, en cada visita a una junta de vecinos, en cada encuentro con los padres y madres de este rincón del país. Nuestros jóvenes se ven obligados a emigrar, a dejar atrás sus raíces y a sus familias, en busca de un futuro que nuestra propia tierra no les ofrece. Este éxodo de talento y energía no solo es una pérdida personal y familiar, sino que también es una hemorragia para el desarrollo de nuestro Maule Sur.

DESARROLLO

No podemos seguir permitiendo que la mejor versión de nuestra juventud parta a otras ciudades, a otras regiones, a forjar un futuro lejos de quienes los criaron. No podemos darnos el lujo de ver cómo la próxima generación de líderes, agricultores innovadores, técnicos especializados y emprendedores se forma en Talca, Santiago o Concepción, a menudo sin la intención de regresar. El desafío que enfrentamos no es menor; Se trata de construir un puente entre el enorme potencial de nuestra gente joven y las oportunidades de desarrollo que, hasta ahora, parecen esquivas. Se trata de garantizar que el futuro del Maule Sur se construya acá. A mi juicio es preciso poner este tema en el centro del debate nacional, con soluciones concretas y un plan de acción que nos devuelva la esperanza.

El problema es multifactorial. Por un lado, la oferta de educación superior en la zona es limitada. Si bien contamos con importantes instituciones en la región, la concentración de ellas en las capitales provinciales y la escasez de opciones de formación técnica o profesional en las comunas más rurales obliga a nuestros estudiantes a un desarraigo forzoso. La decisión de estudiar una carrera se convierte en una elección entre un futuro profesional y la cercanía de la familia, un dilema que ningún joven debería enfrentar y que yo viví y sufrí personalmente en los 90´s. Además, las carreras que se ofrecen no siempre están alineadas con las necesidades productivas de nuestra tierra. Somos una región agrícola y forestal, con un creciente potencial turístico, pero ¿dónde están los centros de formación que especializan a nuestros jóvenes en enología, en gestión agrícola sostenible, en turismo rural o en tecnología aplicada a la producción local?.

Por otro lado, la falta de oportunidades laborales de calidad es el otro gran pilar de este problema. Un joven que logra graduarse, muchas veces con el sacrificio económico de su familia se encuentra con un mercado laboral que no valora su formación o, simplemente, no ofrece los puestos de trabajo para los que se preparó (me pasó). Esto perpetúa el círculo vicioso: la falta de oportunidades profesionales impulsa la emigración de estudiantes, y la emigración de estudiantes desincentiva la inversión en educación superior local. Es un ciclo que debemos romper con políticas públicas que no solo miren al presente, sino que planifiquen el futuro.

La solución a este problema no pasa por grandes y utópicas promesas, sino por acciones concretas y enfocadas. En primer lugar, es urgente que trabajemos para traer la formación profesional y técnica de calidad al corazón del Maule Sur. Esto significa impulsar la creación de más Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales diseñando currículos que se adapten a las necesidades reales de nuestra economía local. Debemos formar a expertos en vitivinicultura para nuestros viñedos, a agrónomos especializados en cultivos de secano, a gestores turísticos que pongan en valor nuestros atractivos naturales y a técnicos forestales que promuevan la sostenibilidad.

Para lograrlo, es fundamental establecer un trabajo en red con el mundo privado. Las empresas, las asociaciones de agricultores y las cooperativas locales deben ser parte activa en la definición de estas mallas curriculares, asegurando que los egresados tengan una salida laboral garantizada y que la inversión en educación se traduzca en una real mejora de la productividad regional. También es vital que, desde el Estado, generemos incentivos fiscales y programas de apoyo para que los jóvenes emprendedores de la zona puedan desarrollar sus ideas y proyectos aquí, en nuestra tierra, con el apoyo de sus familias y su comunidad.

CONCLUSIONES

El futuro del Maule Sur no está escrito en piedra, sino en las manos y mentes de nuestros jóvenes. Si les ofrecemos las herramientas, si les damos las oportunidades y si les demostramos que su talento es invaluable para nosotros, no tendrán que irse. Al contrario, se convertirán en el motor que impulse nuestra región hacia una nueva era de prosperidad, innovación y desarrollo. No podemos seguir observando cómo se desvanece su potencial. Es hora de actuar, de invertir en ellos y en el futuro que todos anhelamos para este rincón de Chile. Nuestro compromiso debe ser claro: el Maule Sur es una tierra de oportunidades, y la educación es la llave para abrirlas.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).