Carla Alegría Vásquez: las luces y sombras del legado del Papa Francisco

Carla Alegría Vásquez: las luces y sombras del legado del Papa Francisco
Carla Alegría Vásquez, cientista política.

La cientista política en su columna para Séptima Página Noticias expresa que "figuras como James Hamilton, que hoy impulsa investigaciones sobre los daños de la violencia infantil y que pronto publicará su nuevo libro en 2025, simbolizan la lucha solitaria contra un poder que, por años, eligió callar. No es secreto que las heridas siguen abiertas. En nuestra zona maulina, persisten dudas sobre la implicación de autoridades eclesiásticas locales, como el obispo Tomislav Koljatic y otros sacerdotes en zonas rurales. Feligreses reconocen que a varios se les trasladó sin que se conocieran sus historiales de abuso, o bien, que fueron enviados a retiro. La falta de continuidad en las investigaciones, sumada al doloroso silencio de las víctimas, mantiene en la penumbra el número real de los afectados. El resultado es una desconfianza creciente hacia los líderes, aun entre quienes siguen creyendo en la Iglesia Católica".


Por Carla Alegría Vásquez (cientista política, politóloga y experta en desarrollo organizacional y políticas públicas)
         La figura de Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, marca una época compleja para la Iglesia Católica. Su impulso hacia una Iglesia más pobre, ecológica y abierta contrastó con heridas profundas que no logró sanar.
En Chile, su pontificado es recordado con ambivalencia. A pesar de pedir perdón por los abusos sexuales, su defensa del nombramiento de Juan Barros en Osorno —vinculado al caso Karadima— dejó una marca imborrable. El tardío juicio canónico, la expulsión de Karadima y las medidas de reparación fueron percibidas más como gestos simbólicos que como actos de justicia efectiva.
Hasta hoy, el silencio institucional ante denuncias conocidas desde 2010 y la falta de acciones contundentes contra obispos cuestionados siguen generando desconfianza.
Figuras como James Hamilton, que hoy impulsa investigaciones sobre los daños de la violencia infantil y que pronto publicará su nuevo libro en 2025, simbolizan la lucha solitaria contra un poder que, por años, eligió callar. No es secreto que las heridas siguen abiertas. En nuestra zona maulina, persisten dudas sobre la implicación de autoridades eclesiásticas locales, como el obispo Tomislav Koljatic y otros sacerdotes en zonas rurales. Feligreses reconocen que a varios se les trasladó sin que se conocieran sus historiales de abuso, o bien, que fueron enviados a retiro. La falta de continuidad en las investigaciones, sumada al doloroso silencio de las víctimas, mantiene en la penumbra el número real de los afectados. El resultado es una desconfianza creciente hacia los líderes, aun entre quienes siguen creyendo en la Iglesia Católica.
Medios de comunicación, plataformas digitales y la prensa mundial han dejado claro que el poder del Vaticano, aunque debilitado, sigue con respaldo. Un respaldo que, para bien o para mal, pende de un hilo, dependiendo de las expectativas sobre el próximo cónclave. La mística que rodea a los papas, impulsada incluso por fenómenos culturales como los libros de Dan Brown, perpetúa la idea de un Estado dentro de otro Estado, cuyos secretos aún seguimos desconociendo.
Personalmente, agradezco a Francisco su encíclica Laudato Si’. Estuve en su lanzamiento en la Universidad Católica en 2017, y creo que es una de las mayores luces que pudo dejar al mundo: un documento donde confluyen ciencia, fe y responsabilidad ambiental que espero sus sucesores den continuidad. Pero no por eso olvidaremos el dolor de quienes sufrieron abusos a los pies de la Iglesia Católica y no han logrado reparación. Ni desconoceremos el miedo hacia las repeticiones de hechos parecidos en el futuro.
Como todos, el Papa tuvo luces y sombras. No fue un Dios, sino un ser humano. Y, como sucede con cualquier autoridad, su legado quedará marcado tanto por lo que hizo como por lo que dejó de hacer. Ningún pontificado, así como ningún reinado o gobierno, puede satisfacer todas las expectativas.
Así, entre luces y sombras, el Papa Francisco pasará a la historia. Y como recordatorio final, quisiera invitar a reflexionar en las palabras del arzobispo sudafricano y Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, quien nos legó antes de su partida en 2021:“Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor".
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).