¿Necesita Chile una nueva Constitución Política?

"Chile se encuentra ante una encrucijada constitucional. Por un lado, la Constitución de 1980 ha sido objeto de críticas por su origen y sus deficiencias en cuanto a los derechos sociales y la equidad. Por otro lado, el proceso de creación de una nueva Constitución ha sido largo y complejo, con un rechazo de la propuesta final, lo que muestra las dificultades para llegar a un acuerdo político y social sobre el futuro del país. Es importante reconocer que una Constitución no debe solo adaptarse a las necesidades del presente, sino también tener la capacidad de perdurar en el tiempo. Muchos cambios constitucionales generan incertidumbre legal y desestabilidad política. No obstante, el proceso de cambio y la búsqueda de una Constitución que represente a todos los chilenos sigue siendo una tarea pendiente. La participación de la ciudadanía en este proceso será clave para determinar si Chile necesita una nueva Constitución y qué elementos de la actual deberían preservarse o modificarse", plantea el abogado Alejandro Araya Valdés
Por Alejandro Araya Valdés (abogado y magister en ciencias políticas)
Introducción
La Constitución Política de un país es la piedra angular sobre la cual se asienta todo su ordenamiento jurídico. Define la estructura del Estado, las instituciones que lo componen, los derechos de los ciudadanos y las relaciones entre los poderes públicos. En este contexto, la pregunta de si Chile necesita una nueva Constitución se ha convertido en un tema crucial que se ha reavivado por las tensiones políticas y sociales de las últimas décadas. Para abordar esta cuestión, es necesario conocer qué es la Constitución, cómo ha evolucionado en Chile y cuáles son las críticas más relevantes a la actual carta magna. También es fundamental analizar los procesos constituyentes recientes y sus implicaciones para el futuro de la nación.
¿Qué es la Constitución Política de la República?
La Constitución Política de la República es la ley fundamental de un país, que regula la organización del Estado y establece las bases sobre las que se estructuran las relaciones entre los poderes públicos y entre el Estado y los ciudadanos. En ella se definen los derechos fundamentales de los individuos, se establece la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y se regulan los mecanismos para la modificación de las normas constitucionales. Además, la Constitución asegura la supremacía del ordenamiento jurídico, garantizando que todas las leyes, decretos y actos administrativos estén en conformidad con ella.
En el ámbito del Derecho, la disciplina encargada de estudiar las constituciones es el Derecho Constitucional. Este se ocupa de las cuestiones relacionadas con la forma de gobierno, los derechos humanos, las relaciones entre los poderes del Estado y las garantías procesales de los ciudadanos. El poder que tiene la capacidad de redactar o modificar una Constitución se denomina Poder Constituyente, el cual emana de la soberanía popular, es decir, del pueblo.
Breve historia de las constituciones
Si bien el concepto de Constitución puede rastrearse hasta la Edad Media, cuando algunas ciudades-estados adoptaban cartas que delimitaban los derechos de los ciudadanos, las formas constitucionales modernas nacen principalmente con la Revolución Francesa de 1789 y la Revolución Americana de 1776. Estos eventos marcaron el surgimiento de nuevas ideas sobre los derechos humanos, la división de poderes y la democracia. A partir de esos momentos, la mayoría de los países adoptaron sus propias constituciones para organizarse de manera más estructurada y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos.
En Chile, la historia constitucional ha sido dinámica, reflejando las luchas políticas y sociales del país. Desde la primera Constitución de 1811 hasta la actualidad, Chile ha tenido diez textos constitucionales, con diversas reformas que han tratado de adaptar la carta magna a los cambios históricos y políticos. La Constitución vigente hoy en día es la de 1980, la cual fue aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet, pero ha sido modificada en múltiples ocasiones desde el retorno a la democracia.
Chile y sus constituciones políticas
Chile ha vivido un proceso constitucional que ha marcado su historia política. Desde 1811, cuando se promulgó la primera Constitución, hasta 1980, el país ha experimentado múltiples cambios constitucionales. A lo largo de esta historia, la tendencia ha sido hacia un Estado unitario, con varios grados de presidencialismo. Las constituciones de 1833 y 1925 fueron las más importantes antes de la de 1980 y reflejaron un Chile más centralizado, con un fuerte poder ejecutivo.
La Constitución de 1980, que es la que rige actualmente, fue un producto del régimen militar y fue aprobada en un plebiscito en 1980. Aunque esta constitución ha sido modificada en diversas ocasiones, las reformas no han logrado cambiar completamente su esencia autoritaria. La Constitución de 1980 establece una serie de principios, como el presidencialismo fuerte, la centralización del poder y el carácter subsidiario del Estado en áreas clave como la educación, la salud y la seguridad social.
Los capítulos de la Constitución de 1980
La Constitución actual está compuesta por 15 capítulos, que abordan diferentes aspectos de la organización del Estado y los derechos ciudadanos. Entre los más relevantes están:
- Bases de la Institucionalidad: Establece la filosofía política que guía la Constitución, reconociendo principios como la soberanía nacional y la democracia representativa.
- Nacionalidad y Ciudadanía: Regula la nacionalidad chilena y los derechos derivados de ella.
- Derechos y Deberes Constitucionales: Incluye una amplia lista de derechos fundamentales, como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley, la libertad de conciencia y expresión, y el derecho a la propiedad privada.
- Gobierno: Define al Presidente de la República como el jefe del Estado y del Gobierno, estableciendo sus atribuciones y las bases de la administración pública.
- Congreso Nacional: Regula el funcionamiento del Congreso, compuesto por dos cámaras: la Cámara de Diputados y el Senado.
- Poder Judicial: Establece la estructura del Poder Judicial, con la Corte Suprema como el órgano de más alta autoridad.
- Tribunal Constitucional: Define las atribuciones de este tribunal, que debe pronunciarse sobre la constitucionalidad de las leyes.
- Reforma de la Constitución: Regula cómo pueden realizarse modificaciones a la Constitución, con quórums especiales para ciertos capítulos.
Críticas a la actual Constitución
La Constitución de 1980 ha sido objeto de intensas críticas a lo largo de los años. A continuación, se detallan algunas de las más importantes:
- Legitimidad de origen: Aunque la Constitución fue aprobada en un plebiscito, el proceso estuvo marcado por irregularidades. La falta de registros electorales y las libertades públicas restringidas durante la dictadura han sido argumentos recurrentes para cuestionar su legitimidad.
- Texto original con parches: La Constitución de 1980 ha sido modificada en innumerables ocasiones, pero muchos consideran que estas reformas no han logrado cambiar la estructura autoritaria de la carta magna, lo que ha llevado a la percepción de que sigue siendo un "parche" de la dictadura.
- Estado subsidiario: El concepto de un Estado subsidiario, en el que el Estado se retira de la entrega de servicios sociales como salud y educación y deja este ámbito en manos del sector privado, ha generado una gran desigualdad en el acceso a estos derechos fundamentales. Esto ha dado lugar a un sistema donde los más pobres carecen de una atención adecuada en áreas clave.
- Privatización de la salud y la educación: La Constitución de 1980 promovió la privatización de sectores clave como la salud y la educación, creando un sistema en el que las instituciones privadas han prosperado, pero a costa de una creciente desigualdad.
- Seguridad social privada: Las AFP, instituciones privadas que administran las pensiones, han sido fuertemente criticadas por la baja calidad de las pensiones que entregan a los trabajadores, mientras que sus utilidades siguen siendo elevadas.
- Quórums imposibles: Los quórums para modificar ciertos aspectos de la Constitución son extremadamente altos.
- Tribunal Constitucional como "la tercera cámara": El Tribunal Constitucional tiene amplias atribuciones para pronunciarse sobre la constitucionalidad de leyes, lo que ha sido criticado como una forma de bloquear reformas progresistas.
- Derechos de los pueblos originarios: Chile es el único país de América Latina con pueblos indígenas cuya Constitución no los reconoce formalmente. Esto ha sido un reclamo constante de las comunidades indígenas, que han demandado su inclusión en el marco constitucional.
Los procesos constituyentes recientes en Chile
Chile ha vivido dos intentos recientes por intentar cambiar su Constitución. El primer proceso constituyente (2020–2022) surgió tras el estallido social de 2019. Se aprobó iniciar el proceso vía plebiscito (78% Apruebo), se eligió una Convención Constitucional paritaria que redactó un texto con enfoque en derechos sociales y plurinacionalidad. Fue rechazado en el plebiscito de salida (62%). El segundo proceso constituyente (2023–2024)
-el cual fue impulsado tras el rechazo anterior- estaba integrado por una Comisión de Expertos más una Convención Constitucional. El texto final también fue rechazado (55.8%).
A pesar de ambos fracasos, la demanda por una nueva Constitución sigue presente en la sociedad chilena. El proceso constituyente refleja una necesidad de modernizar el marco legal del país y de abordar los problemas de desigualdad y exclusión que persisten en el sistema actual.
Conclusiones
Chile se encuentra ante una encrucijada constitucional. Por un lado, la Constitución de 1980 ha sido objeto de críticas por su origen y sus deficiencias en cuanto a los derechos sociales y la equidad. Por otro lado, el proceso de creación de una nueva Constitución ha sido largo y complejo, con un rechazo de la propuesta final, lo que muestra las dificultades para llegar a un acuerdo político y social sobre el futuro del país.
Es importante reconocer que una Constitución no debe solo adaptarse a las necesidades del presente, sino también tener la capacidad de perdurar en el tiempo. Muchos cambios constitucionales generan incertidumbre legal y desestabilidad política. No obstante, el proceso de cambio y la búsqueda de una Constitución que represente a todos los chilenos sigue siendo una tarea pendiente. La participación de la ciudadanía en este proceso será clave para determinar si Chile necesita una nueva Constitución y qué elementos de la actual deberían preservarse o modificarse.
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).